Es universalmente conocida la inmaculada concepción de Jesucristo, si bien en la Ciudad Mariana de Sevilla se defiende la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
No podemos negar la estrecha relación que el sur de España, y especialmente, Sevilla, mantienen con la Madre de Dios; no es regalado el título de Mariana que la ciudad de Sevilla lleva en su escudo, desarrollando durante el año una gran cantidad de actos que prueban esa veneración que nos hace ser “tierra de María Santísima”.
De todos estos actos que a lo largo del año se celebran adquiere especial difusión aquellos que se realizan en honor de María Inmaculada, actos que durante este puente vuelven a repetirse en la Sevilla del siglo XXI, recordando hechos que acontecieron allá por el siglo XVII.
Y aquí empieza la historia:
Se dice que en 1613, durante la homilía del día de la natividad de la Virgen María, el 8 de septiembre, en el ya desaparecido convento dominico de “Regina Angelorum” se realizaron afirmaciones que ponían en duda que María fue concebida sin pecado original, y eso era algo que la Sevilla del momento no podía tolerar.
La “guerra” estaba servida entre los “maculistas” y los “inmaculistas”.
Pero, entrando al meollo de la cuestión, no existe testimonio evangélico o bíblico de que María fuese concebida sin mácula, es la progresiva divinización de la figura de la Madre de Dios la que promueve esta idea. En el siglo XII se establece la festividad de la Inmaculada el día 8 de diciembre, fecha no arbitraria, un simple calculo cronológico nos sitúa esta fecha como 9 meses antes de la Natividad de María que se celebra el día 8 de Septiembre.