Velázquez trató con igual excelencia todos los géneros: religiosos, mitológicos, retratos, históricos, paisajes, bodegones, etc…. indiscutiblemente, uno de los mejores artistas de todos los tiempos.
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, bautizado en Sevilla el 5 de junio de 1599 – sobre su fecha de nacimiento sólo se tienen hipótesis, posiblemente el día 5 de junio, por lo que se considera su nacimiento igual fecha que su bautismo -y fallecido en Madrid el 6 de Agosto de 1660, fue un pintor del barroco español, considerado generalmente como uno de los genios de la pintura mundial.
Sus padres eran Juan Rodríguez de Silva, nacido en Sevilla, aunque de origen portugués y su madre Jerónima Velázquez, y él era el mayor de 8 hermanos. Siguiendo una práctica habitual en aquel entonces usó casi siempre el apellido materno en la firma de sus obras.
Su padre era notario eclesiástico, lo cual no lo colocaba en una buena posición, siendo su empleo uno de los más bajos.
La Sevilla de la época era una de las más ricas del momento, monopolio de los viajes a América y donde una importante colonia de comerciantes, principalmente flamencos e italianos, se había instalado.
Comenzó sus estudios pictóricos en el taller de Francisco Herrera el Viejo, pero no duró mucho allí y con 11 años su padre firmó en su nombre contrato de aprendizaje en el taller de Francisco Pacheco, que a la postre sería su suegro. En 1617 terminó su formación con Pacheco, alcanzando el grado de maestro y permitiéndole el ejercicio de la pintura (en aquella época los gremios controlaban a los artistas y era preciso demostrar ciertas habilidades y periodo de formación para poder ejercer el empleo).
A los 19 años se casó con la hija de su maestro, teniendo dos hijas, Francisca e Ignacia.
En sus primeras obras ya como maestro, “El Almuerzo” (Museo del Hemitage) o “Vieja friendo huevos” (National Gallegy Edimburgo) demostró su valía y el cambio de modelo, técnicas y métodos que en esa época eran habituales.
De 1617 a 1623 desarrolla la etapa sevillana, caracterizada por el estilo tenebrista influenciado por Caravaggio, destacando como obras “El aguador de Sevilla” (Wellintog Museo – Londres) o “La adoración de los Reyes” ( Museo del Prado – Madrid ). Durante estos primeros años obtiene bastante éxito con su pintura, lo que le permite adquirir dos casas destinadas a alquiler.
En 1623 se traslada a Madrid donde obtiene el título de Pintor del Rey Felipe IV, gran amante de la pintura. A partir de ese momento, empieza su ascenso en la Corte española, realizando interesantes retratos del rey y su famoso cuadro “El Triunfo de Baco” (Museo del Prado – Madrid).
En 1629 viaja a Italia, donde realizará su segundo aprendizaje al estudiar las obras de Tiziano, Tintoretto, Miguel Angel, Rafael, Leonardo…. En Italia pinta “La fragua de Vulcano” (Museo del Prado – Madrid) y “La Túnica de José ” (Museo del Prado – Madrid ), regresando a Madrid dos años después.
La década de 1630 es de gran importancia para el pintor, que recibe interesantes encargos para el Palacio del Buen Retiro como “La rendición de Breda” (Museo del Prado – Madrid ) o los retratos ecuestres.
Asimismo Velazquez realiza una importante labor labor como cortesano, obteniendo varios cargos: Ayudante de Cámara y Aposentador Mayor de Palacio. Esta carrera cortesana le resta tiempo para la pintura con el inconveniente de que pinta menos cuadros de los que hubiese gustado.
En 1649 hace su segundo viaje a Italia, donde demuestra sus excelentes cualidades pictóricas, triunfando ante el papa Inocencio X al que hace un excelente retrato, y toda la Corte romana.
Regresa en 1651 a Madrid con obras de arte compradas para Felipe IV. Estos últimos años de la vida del pintor estarán marcados por su obsesión de conseguir el hábito de la Orden de Santiago, que suponía el ennoblecimiento de su familia, por lo que pinta muy poco, destacando “Las Hilanderas” (Museo del Prado – Madrid) y “Las Meninas” (Museo del Prado – Madrid ).
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