Murillo es uno de nuestros pintores más universalmente conocidos, que vivió la práctica totalidad de su vida en Sevilla, con muchas curiosidades, algunas de las cuales podremos conocer en este artículo.
7 curiosidades de Murillo
- Murillo tomó este apellido de su abuela materna. Sus padres eran Gaspar Esteban, un famoso barbero cirujano de la ciudad de Sevilla, y María Pérez. Por tanto su nombre “real” sería Bartolomé Esteban Pérez.
- Se casó con Beatriz Cabrera, teniendo unos 10 hijos con ella probablemente. Pero de todos ellos, entre 3 y 5 murieron en la niñez debido a la gran mortalidad infantil y varios murieron también en la epidemia de peste de 1649. Solo cuatro llegarían a la edad adulta.
- Ningún descendiente de Murillo se dedicó al arte de la pintura. Su hijo Gabriel viajó a América y los otros tres siguieron la carrera religiosa, convirtiéndose uno en canónigo de la Catedral hispalense.
- No solo pintaba sobre lienzo, también sobre tabla y más sorprendentemente, sobre cobre y sobre obsidiana, como se puede ver en algunas obras de la exposición Murillo IV Centenario.
- Funda en 1660 la Academia de Pintura en la planta alta del actual Archivo de Indias, junto a Herrera el Mozo. Era la segunda Academia fundada en España y la 5º de toda Europa, suponiendo un gran avance, aunque solo duraría 14 años por disputas entre sus miembros, sobre todo entre Murillo y Valdés Leal.
- Murillo introducirá en la Academia el estudio de la anatomía humana, es decir, el desnudo directo, antes prohibido por el decoro.
- La decoración pictórica realizada por Murillo para la Iglesia de Santa María la Blanca fue una de las grandes series que los franceses durante la expansión napoleónica expoliaron. Pero no todos conocen que dejaron un Murillo original, pintado unos años antes que los demás, perteneciente a su etapa de juventud. No reconocían al Murillo pleno en esta Santa Cena y lo desdeñaron
Y una más….
¿has visto el cartel de la Exposición Murillo IV Centenario?
¿Te han llamado la atención las gafas que tiene la protagonista?
Pues no es una broma, este tipo de gafas se conocen como “Quevedos” por el famoso escritor Francisco de Quevedo. Eran muy usadas en los siglos XVI y XVII para las clases altas, y se caracterizan por no tener patillas y estar sostenidas por el tabique nasal. Son precedentes y similares a las actuales gafas de pasta redonda que están actualmente tan de moda. Estas quevedos son las que porta esta señora en Cuatro figuras en un escalón de Murillo, que puedes contemplar en Murillo IV Centenario.