El monasterio jerónimo de Santa Paula de Sevilla, conocido más comúnmente como Convento de Santa Paula, conserva una colección artística permanente de una calidad destacable, con obras de artistas de renombre. El origen del Museo Conventual de Santa Paula tiene un nombre propio.
Se trata de una colección visitable en un museo conventual abierto al público, el único en Sevilla que podemos encontrar dentro de una clausura, pudiendo además descubrir espacios de la vida interna del monasterio, como el Claustro Mayor.
Este museo, inaugurado en 1976, se instaló en diferentes salas del monasterio, como el coro alto o la antigua sala de los trojes, donde históricamente se guardaba el trigo procedente de las explotaciones agrícolas que fueron propiedad de la comunidad. Estos espacios fueron restaurados y rehabilitados por el arquitecto Rafael Manzano, que proyectó las obras en 1969, diseñando y construyendo por ejemplo la escalera historicista de acceso al museo desde el patio del torno.
El Origen del Museo Conventual de Santa Paula se lo debemos, sin duda, a la que fue la priora en esos momentos, Sor Cristina de la Cruz Arteaga, un personaje de gran importancia. Bautizada como María Cristina de Arteaga y Falguera (Zarauz, 6 de septiembre de 1902 – Sevilla, 13 de julio de 1984), fue ahijada de la reina María Cristina por lo que se le impuso su mismo nombre. Era hija del matrimonio formado por Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVIII marqués de Santillana y XVII duque del Infantado, y de Isabel Falguera y Moreno, XVII condesa de Santiago. Debido a su clase social, pudo recibir una esmerada educación, siendo de las pocas mujeres en acceder a estudios universitarios. Se licenció en Historia, compartiendo aula y amistad con José Antonio Primo de Rivera, y obteniendo un premio extraordinario por su expediente en 1921. Se convirtió en la primera mujer en defender una tesis doctoral en la especialidad de Historia en España.
Esta mujer, historiadora y poeta, tomó los hábitos en el monasterio de la Concepción Jerónima de Madrid en 1934, acabando nueve años más tarde en el sevillano Monasterio de Santa Paula, siendo priora desde 1944 hasta su muerte en 1984. En 2001, el cardenal arzobispo Carlos Amigo abrió el proceso para canonizar a la madre sor Cristina de la Cruz Arteaga.
Su amor por la historia y el patrimonio, unido al propio patrimonio artístico heredado de su familia, la llevó a crear un museo abierto al público, para que no quedaran las obras relegadas a una clausura interna. Así hoy en día podemos encontrar objetos del ajuar litúrgico del monasterio, o la colección histórica de niños Jesús, unido a algunas obras artísticas perteneciente a los Duques del Infantado. Por ejemplo, destaca un San Jerónimo penitente atribuido al pintor barroco José de Ribera, regalo en vida del Duque del Infantado.
Si te has quedado con ganas de conocer mucho más sobre este Convento y su Museo, apúntate a nuestra visita. Recuerda que son plazas limitadas, por lo que cuanto antes reserves, más probabilidades tendrás de disponer de plaza para la siguiente sesión.