En el siguiente artículo vamos a presentaros otras curiosidades de San Luis de los Franceses, para que sepáis más de esta fantástica Iglesia.
El barroco fue un periodo artístico que surgió en Italia, es llamado el estilo de la contrarreforma, tiene dos fases, el barroco puro que se desarrolla durante el S. XVII y el barroco tardío que sucede al anterior durante la primera mitad del S. XVIII. El barroco se enfrenta artísticamente al movimiento anterior, el clasicismo marcado por la racionalidad. La Iglesia de San Luis de los franceses pertenece al barroco tardío.
Hay varios tipos barroco, pero el que nos ocupa es el llamado barroco contrarreformista, es utilizado por la Iglesia como oposición al movimiento protestante que puebla Europa y que hace que el centro y norte del continente abandonen la disciplina de el Vaticano y apuesten por movimientos religiosos protestantes. Con este barroco, que exalta las directrices del Concilio de Trento, la iglesia quiere conmover a los fieles mostrando el poder de la Iglesia a través de sus edificios y de las obras de arte que estos albergan.
Respecto a los movimientos artísticos anteriores se producen grandes cambios, surgen las curvas, curvas que dan dinamismo y causan sensación de movilidad en las imágenes y retablos; se apela a lo sensorial, lo teatral, el barroco en si es altamente teatral y su exagerado ornato hace que el “horror vacui” el miedo al vacío, predomine en sus iglesias. Asimismo las formas abandonan las lineas rectas y se retuercen, ejemplos son las columnas salomónicas como las de Bernini en el Vaticano.
Dentro del Barroco sevillano San Luis de los Franceses es una “rara Avis”, es un templo con planta de cruz griega, algo inusual en nuestra ciudad, la orden jesuita quiso que esta iglesia luciera una planta similar a aquellas que se estaban realizando en Italia y otros países; de este modo la Orden quería homenajear al primer templo, aquel que según la tradición fue realizado por Dios con sus propias manos. A tal fin los planos llegaron desde Roma, donde se encontraba la casa matriz, y aunque el arquitecto fue Leonardo de Figueroa, la traza y el modelo arquitectónico no son sevillanos.
La Iglesia, así como el noviciado, se edificó sobre el antiguo palacio de los Duques de Alcalá, ya que el terreno fue cedido a la orden por doña Luisa de Medina, a la cual se atribuye que la advocación sea San Luis de los Franceses.
La calle donde donde está el templo, hoy denominada San Luis fue en su día la prolongación del Cardo Maximus romano, una de las dos calles principales de Sevilla junto con el decumano romano. Esta calle, llamada en sus días calle Real, era por la cual entraban en Sevilla los reyes, Carlos I, Felipe II… después de pernoctar en el Monasterio de San Jerónimo de Buenavista accedían a la ciudad a través del arco de la Macarena.
El edificio ha tenido distintos usos a lo largo de sus tres siglos de historia, destacando
- 1604-1787 Noviciado Jesuita
- 1784 Franciscanos de San Diego
- 1810 Residencia de Ancianos sacerdotes (durante la ocupación francesa)
- 1817-1820 Nuevamente noviciado jesuita
- 1835 Hospicio de la provincia tras ser desarmotizado
- 1931-1968 Residencia Escuela de San Luis
- 1990 Centro Andaluz de Teatro
- 2017 Bien cultural
Si quieres conocer más sobre esta fantástica Iglesia, visita nuestra página sobre la Iglesia de San Luis de los Franceses, o apúntate a alguna de las visitas guiadas que realizamos.