El Lagarto de Sevilla, en la Catedral
En este artículo vamos a hablar sobre un cocodrilo del Nilo, de tamaño natural, que en Sevilla es conocido por todos como el Lagarto de Sevilla.
En este artículo vamos a hablar sobre un cocodrilo del Nilo, de tamaño natural, que en Sevilla es conocido por todos como el Lagarto de Sevilla.
Bartolomé Esteban Murillo, (1617-1682), el gran pintor del barroco español, es conocido sobre todo por la serie de Inmaculadas que realizó a lo largo de su carrera artística, alrededor de 20 lienzos con esta temática llegó a realizar.
Después de varios siglos por fin tenemos la gran oportunidad de admirar una de las obras más bellas del maestro Murillo, en la ciudad donde fue pintada Sevilla. Se trata de La Virgen con el Niño, procedente del Palazzo Pitti de Florencia.
Como el artista más importante en Sevilla durante buena parte del siglo XVII, Murillo alcanzó el status que le permitió rápidamente colocarse en la primera fila de privilegiados que son llamados para trabajar en una Catedral, dejando una destacada huella en la “Magna Hispalensis”, pudiendo hoy día contemplarse un buen ejemplo de su obra, aunque algunas de estas pinturas del genio sevillano no se encuentran hoy día a la vista del público.
El Tenebrario de la Catedral de Sevilla es un candelabro triangular que se usa en el oficio de tinieblas, es decir, durante el servicio de maitines y laúdes pertenecientes a los últimos tres días de la Semana Santa. El oficio de estos tres días era tratado como una especie de servicio funerario o elegía, que conmemoraba la muerte de Jesucristo, así como los tres días y tres noches que permaneció en la tumba.
En la Simbología en la Catedral de Sevilla, se muestra el combate entre un animal alado y uno terrestre ilustra la lucha alquímica entre los principios volátil y fijo, y su correspondencia espiritual: la pugna entre el alma y el cuerpo.
Con él entró el 23 de noviembre de 1248 en la reconquistada Sevilla, y ese mismo día ondeó sobre el minarete de la mezquita mayor, es decir, desde la Giralda, en señal de que la ciudad estaba en poder de los cristian